Cuando entre los muertos,
una voz dulce me despierta,
estrellado y taciturno,
busco entre los mundos,
de imaginarias épocas,
de asperezas y recónditos lugares,
ecos que pasan,
ecos que transportan aires de libertad.
Hoy que entre los muertos
tu voz me alcanza,
que me disponía a caer al túnel de la incertidumbre,
y que fieras me corroen al interior,
lánguidas y recurrentes llegan hasta mí,
donde todo tenía explicación,
este sueño del que no quiero despertar.
Y qué será,
qué será, cuando en los aires caen cenizas,
y un cielo rojo con tus tintes se desborda,
un volcán con un calor que nos consume
y aunque nos quememos,
desearemos freírnos a fuego lento.
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