Y se despertó pensando que el ocaso era simplemente una línea, que todo lo que había vivido hasta ahora era simplemente un ovillo de ilusiones, entre la luz que por su ventana traspasaba el espacio creando cortinas donde el polvo arremolinaba generando formas amorfas que se movían lentamente, acurrucado con la cobija deseó que el aire no existiera, que su cabeza se le estallara, que simplemente una hacha traicionera lo dejara inerte sin que se diera cuenta. Cuantas veces deseo nunca llegar a esta auto aniquilación y sus ojos adormilados y hundidos en sus cuencas generaban una imagen cadavérica que uno no sabia si era un muerto, un escuálido mal alimentado o un enfermo terminal.
Pero no fue una hacha traicionera, ni tampoco su alma fue arrebatada sin darse cuenta, sino que una mano surgió desde la baranda de su cama y empezó a jalarlo, mientras él se agarraba del colchón, sintió como su cabello era arrancado a tirones, una leve niebla invadió todo su cuarto y el hedor a muerte empezó a ser cada vez más fuerte, pensó que ya no podía moverse, allí la luz que antes parecía amarilla se fue tornando opaca y con tintes café sus ojos se cerraron, no hubo ruidos, no hubo quejidos, no es de esa clase de personas, el tiempo empezó a detenerse. El ultimo suspiro fue tan largo que parece que su alma lo necesitase para alzar vuelo, pero entrecortado sonó cuando de repente sus venas empezaron a brotarse y él temblando parecía poseído, un vomitajo de cuajo a un balde fue a caer y abrió de nuevo sus ojos, mientras su amigo le decía: ¡volves a comer hongos y te dejo ahí tirado!.
1 comentario:
un griego pensaba en los mal viajes, en la qe los dioses negaban su contacto. pues claro, su madre qe tiene la costumbre de servirle su lomo apanado en los almuerzos impide qe los dioses lo acepten, no ve qe son vegetarianos?
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